Puertos de Los Ángeles y Long Beach celebran pausa en aranceles

Los puertos de Los Ángeles y Long Beach manifestaron este lunes su beneplácito por la pausa de 90 días y la reducción a los aranceles entre Estados Unidos y China.

El conflicto arancelario entre ambos países que se presentó en las semanas recientes prácticamente detuvo la actividad en los dos puertos del sur de California, que reciben las mayores cargas de mercancía procedentes del gigante asiático.

Estados Unidos y China acordaron reducir temporalmente los aranceles mientas avanzan las negociaciones comerciales ente los dos países.

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Como parte de las negociaciones, Estados Unidos reducirá sus aranceles a los productos procedentes de China del 145% al 30%, mientras que el país asiático proyecta reducir su impuesto a las importaciones estadounidenses del 125% al 10%, con efecto a partir de este miércoles 14 de mayo.

“La pausa de 90 días y la reducción de aranceles entre Estados Unidos y China es una buena noticia para los consumidores, las empresas estadounidenses, los trabajadores y la cadena de suministro”, dijo el director ejecutivo del Puerto de Los Ángeles, Gene Seroka, en las redes sociales.

“Incluso, con este anuncio, los aranceles se mantienen elevados en comparación con el 1 de abril“, agregó Seroka.

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El director ejecutivo del Puerto de Los Ángeles pidió a los dos países para que trabajen en alcanzar un acuerdo a largo plazo, e instó a Estados Unidos a colaborar con otros países para reducir los actuales aranceles.

A finales de abril, Seroka declaró a Bloomberg que el volumen de mercancía que se maneja en el Puerto de Los Ángeles se había reducido a aproximadamente dos tercios de su nivel normal.

En Long Beach, funcionarios del puerto y de la ciudad ofrecieron una conferencia de prensa para abordar los resultados de un nuevo análisis del impacto económico de los últimos cinco años.

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A pesar de destacar los resultados positivos que se registraron, el puerto sufrió el impacto por los aranceles que impuso en abril el presidente Donald Trump.

El director ejecutivo del Puerto de Long Beach, Mario Cordero, elogió la buena noticia por la pausa a los aranceles y a las negociaciones que funcionarios estadounidenses mantienen con los representantes de China.

“Lo cierto es que persiste la incertidumbre, y creo que lo que esta industria reclama es certeza y claridad respecto a cómo se verá esa política arancelaria a mediano y largo plazo”, dijo.

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Cordero mencionó que los aranceles están afectando a diversos productos básicos, como refrigeradores, computadoras, teléfonos inteligentes, microondas y televisores.

“Con una reducción significativa en los volúmenes de carga, es probable que el consumidor tenga menos opciones“, añadió el director ejecutivo del Puerto de Long Beach.

El presidente del Sindicato Internacional de Estibadores Marítimos (ILWU) Local 13, Gary Herrera, quien representa cerca de 9,000 empleados portuarios de tiempo completo y 6,000 trabajadores de tiempo parcial, reconoció que los volúmenes de carga disminuyeron a niveles mínimos históricos.

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“(La caída de la carga) llegó hasta el punto de que hay cientos de empleos diarios con menos oportunidades laborales para los hombres y mujeres de ILWU. Somos los primeros en darnos cuenta. Una vez que el volumen de carga disminuye, somos los primeros en notarlo”, dijo Herrera.

El líder sindicalista expresó que los que laboran a tiempo parcial se ven obligados a buscar otros empleos o a trabajar en diferentes industrias.

“Esperamos cifras reales, acuerdos reales firmados y con fecha que nos permitan avanzar, no con pausas”, agregó el presidente del ILWU.

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Trump aseguró que los aranceles eran necesarios para encontrar un equilibrio en el comercio, para impulsar la industria manufacturera estadounidense, frenar la inmigración ilegal y el tráfico de personas, así como para reducir el presupuesto federal y alcanzar una equidad.

El 23 de abril, el gobernador de California, Gavin Newsom, anunció que California se convirtió en la cuarta economía más grande del mundo, con un PIB nominal de $4.1 billones de dólares, y gran parte de su economía era por la actividad comercial que se tiene en los puertos de Los Ángeles y Long Beach.

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