Audi planea fabricar en EE.UU. para evitar aranceles
La marca alemana busca adaptarse a las políticas proteccionistas y mantener su competitividad en el mercado norteamericano
Centro de carga de Audi en Shibakōen. Crédito: Audi. Crédito: Cortesía
La imposición de aranceles por parte del presidente Donald Trump ha sacudido la industria automotriz global. Audi, una de las principales marcas alemanas, se encuentra en el centro de esta tormenta comercial.
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Con el objetivo de evitar un impuesto del 25% sobre los vehículos importados, la compañía está considerando seriamente trasladar parte de su producción a Estados Unidos.
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Actualmente, Audi no cuenta con plantas de fabricación en suelo estadounidense. Sus modelos, incluido el popular Q5, se producen en México y Europa, lo que los hace vulnerables a los nuevos aranceles. Según informes, el 29% de los vehículos Audi registrados en EE.UU. provienen de México.
Para mitigar el impacto de estas políticas, Audi está evaluando la posibilidad de utilizar las instalaciones existentes de Volkswagen en Chattanooga, Tennessee, donde ya se produce el modelo ID.4. Esta planta tiene capacidad adicional que podría ser aprovechada para ensamblar modelos de Audi, como el Q4 e-tron, que comparte la plataforma MEB con el ID.4.
Otra opción en consideración es la planta en construcción en Blythewood, Carolina del Sur, destinada a la producción de vehículos eléctricos de la marca Scout, propiedad de Volkswagen.

Aunque esta instalación no estará operativa hasta 2027, podría ser una solución a largo plazo para la producción local de modelos como el Q8 e-tron.
El CEO de Audi, Gernot Döllner, expresó: “Estamos evaluando diversos escenarios para una mayor localización en América del Norte, entre otras cosas, para estar más cerca de las necesidades de los clientes locales y hacernos más resilientes a las incertidumbres económicas globales”.
La estrategia de Audi no solo busca evitar los aranceles, sino también aprovechar los incentivos fiscales ofrecidos por la Ley de Reducción de la Inflación de EE.UU., que favorece la producción local de vehículos eléctricos.
Sin embargo, trasladar la producción a Estados Unidos no está exento de desafíos. El aumento de los costos laborales y la necesidad de adaptar las líneas de producción son factores que la compañía debe considerar cuidadosamente.
Y también es muy importante mencionar que la competencia en el mercado estadounidense es feroz, con fabricantes locales y asiáticos intensificando su presencia en el segmento de vehículos eléctricos.
A pesar de estos obstáculos, Audi reconoce que no actuar podría resultar en una pérdida significativa de participación en el mercado estadounidense. Con ventas que representan aproximadamente el 11% de su total global, mantener una posición sólida en EE.UU. es crucial para la marca.
La decisión final sobre la reubicación de la producción se espera para finales de este año. Mientras tanto, Audi continúa monitoreando de cerca las políticas comerciales de la istración Trump y evaluando las mejores estrategias para adaptarse a este nuevo entorno económico.
Esta movida de Audi en respuesta a los aranceles de Trump podría marcar un punto de inflexión en su estrategia global. La producción local en Estados Unidos no solo permitiría a la marca evitar impuestos adicionales, sino también fortalecer su presencia en uno de los mercados más importantes del mundo. En conclusión, a veces lo aparentemente malo, también podría derivar en cosas positivas.
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