La efectividad del Inter acaba con el sueño del FC Barcelona: 3 claves de una semifinal histórica
Una serie de 13 goles que cuenta decenas de historias, pero que puede resumirse en la garra interista
Lautaro Martínez anotó un gol pese a jugar lesionado. Crédito: Daniel Dal Zennaro | EFE
El Inter de Milán y su capacidad para sobrevivir en medio del caos acabaron por romper el sueño blaugrana.
Fue una eliminatoria vibrante, histórica, decidida en los últimos instantes del tiempo reglamentario y en la prórroga, con un marcador global de 7-6 para los italianos.
El partido de vuelta, disputado en el Giuseppe Meazza, fue una montaña rusa de emociones. Los culés dominaron durante amplios tramos, remontaron un 2-0 en contra y llegaron a ponerse por delante con un gol de Rapinha en el minuto 89. Pero Acerbi igualó en el 93 y Frattesi selló el boleto a la final en el 99, tras una jugada monumental de Thuram.
3 claves que explican la clasificación del Inter y la eliminación del Barça
1. Gran ataque culé, pero una defensa muy vulnerable
Según datos del estadígrafo MisterChip, el Barça concedió 24 goles en 14 partidos de esta edición de la Champions League. Es decir, un promedio de 1.71 por partido. Ningún club con semejante registro defensivo ha alcanzado la final del torneo en la historia reciente.
En simultáneo, equipos como el Hibernian, el Valencia, el Bayern y ahora el Inter han sido los únicos que lograron marcarle siete o más goles al Barcelona en eliminatorias europeas a doble partido. Un dato que explica buena parte del desenlace y los méritos neroazzurri para llegar a Múnich.
2. El Inter no necesita dominar para ganar
El contraste entre posesión y eficacia fue demoledor. En ambos partidos, el Barça tuvo un 72% de posesión frente a solo un 28% del Inter. Sin embargo, mientras los catalanes dispararon 41 veces (19 al arco), los italianos apenas remataron 20 veces, con 10 tiros a puerta. De esos, siete terminaron en gol. Una contundencia absoluta.
3. ¿Corazón de campeón?
Las dos figuras ofensivas de la serie llegaban entre algodones. Robert Lewandowski no jugó la ida y fue suplente en la vuelta, apareciendo apenas en la prórroga. Lautaro Martínez, lesionado en la ida, fue titular, marcó el 1-0 y provocó el penal del segundo tanto. Jugó 70 minutos desgarradores. Que jugara era considerado “un milagro”, según su entorno. Pero lo hizo. Y fue clave.
La historia de estas semifinales pueden contar decenas de historias, distintas miradas y muchísimas razones para explicar el partido, como la actuación del suizo Yan Sommer deteniendo los embates blaugranas. Pero quizá, como resumen cruel, el esfuerzo de Lautaro Martínez representó mejor lo que necesitaba este duelo: determinación total.
El Barcelona ofreció uno de sus partidos más completos del curso, fiel al estilo propositivo que ha recuperado con Hansi Flick. Poco se le puede reprochar en cuanto a esfuerzo ni actitud. Pero el fútbol, a veces, premia la eficacia más que la belleza. Y esta vez, la gloria fue para el Inter, que jugará su segunda final en tres años.
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