Crisis en la industria automotriz por aranceles de Trump
La imposición de aranceles del 25% por parte del gobierno de Donald Trump ha desencadenado repercusiones en la industria automotriz de América del Norte
La Ford Ranger 2024 es la North American Truck of the Year 2025. Crédito: Ford. Crédito: Cortesía
La reciente implementación de aranceles del 25% por parte del gobierno de Donald Trump ha generado una tormenta en la industria automotriz de América del Norte.
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Esta medida ha puesto en jaque a fabricantes, trabajadores y consumidores, alterando el equilibrio que durante décadas sostuvo el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
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La industria automotriz ha sido un pilar en la economía de América del Norte, con una integración profunda entre los tres países.
Sin embargo, la reciente imposición de aranceles del 25% por parte del gobierno de Donald Trump ha desatado una crisis sin precedentes en el sector. Esta medida ha llevado a despidos masivos, cierres temporales de plantas y un aumento significativo en los precios de los vehículos, afectando tanto a fabricantes como a consumidores.
Despidos y cierres de plantas
La reacción de las principales automotrices no se hizo esperar. Stellantis, conglomerado que alberga marcas como Jeep, Chrysler y Peugeot, anunció el despido temporal de 900 empleados en cinco plantas estadounidenses dedicadas a la fabricación de motores y trenes motrices.
En Ontario, Canadá, 4.500 trabajadores fueron enviados a casa durante dos semanas, mientras que la planta de Toluca, México, permanecerá cerrada todo abril, afectando a 2.400 empleados.
Toyota, por su parte, redujo las jornadas laborales en su fábrica de Guanajuato, México, según reportes de Bloomberg. Honda evalúa medidas similares, incluyendo recortes temporales de personal para evitar pérdidas mayores.
Impacto en la cadena de suministro
El T-MEC permitió durante décadas que las piezas de un automóvil cruzaran fronteras sin aranceles. Un pistón de motor podía fabricarse en EE.UU., ensamblarse en Canadá y terminar en un vehículo en México. Ahora, con aranceles del 25%, ese sistema se ve gravemente afectado.
Canadá respondió con un arancel del 25% a los carros estadounidenses que no cumplan con el T-MEC, mientras que México podría seguir el mismo camino, encareciendo aún más la producción y afectando empleos y ventas.
Reacciones internacionales
Mientras Trump amenaza con imponer aranceles adicionales a productos europeos e incluso a importaciones de la Antártida, China lanzó un contraataque: un 34% de aranceles a productos estadounidenses si las medidas siguen adelante.
En Europa, la situación tampoco es alentadora. Mercedes-Benz evalúa dejar de vender su modelo GLA en EE.UU. por falta de rentabilidad. Volkswagen, cuyas ventas dependen en un 43% de México y Canadá, ha detenido envíos desde esas regiones.
Advertencias de la industria
Jim Farley, CEO de Ford, advirtió que un arancel del 25% en las fronteras con México y Canadá “abriría un agujero en la industria como nunca hemos visto”. Con General Motors produciendo solo el 30% de sus autos en EE.UU. y marcas como Nissan y Toyota dependiendo de México y Canadá, el futuro se presenta incierto.
Esta guerra comercial no tiene ganadores. Los aranceles de Trump, aunque buscan proteger la industria estadounidense, están destruyendo empleos, encareciendo productos y fracturando cadenas de suministro clave. Si no hay un freno pronto, las consecuencias podrían ser irreversibles, no solo para la industria automotriz, sino para la economía global.
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