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‘Te sientes como si te hubieran borrado’

Dos meses después del incendió Eaton, familias que lo han perdido todo y aún esperan reconstruir, regresan a su propiedad es busca de esperanza

Tracey y Castelar escuchan una oración de la organización Samaritan’s Purse en Altadena.

Tracey y Castelar escuchan una oración de la organización Samaritan’s Purse en Altadena. Crédito: Isaac Ceja | Impremedia

Por varias horas en la mañana Tracey y su esposo Castelar Fortich, protegidos con trajes de materiales peligrosos blancos y con la ayuda de voluntarios, escarbaron entre los escombros de su casa en Altadena en busca de recuerdos familiares.

A pesar de la pérdida de otras joyas familiares, el rostro de Tracey dibujó una gran sonrisa cuando encontró el anillo de esmeralda que le compró a su hija cuando se graduó de la preparatoria.

“No se trata del valor de las joyas”, dijo Castelar. “Se trata de dónde vinieron, porque mi padre me dio estas cosas y las diseñó para mi esposa, el collar y los aretes, así que estamos planeando dárselos a nuestros hijos”.

No obstante, la pareja estaba triste de no haber encontrado los números de casa que quedaban pegados a un poste en la entrada de su hogar.

Denise Oka es voluntaria en Altadena.
Crédito: Isaac Ceja | Impremedia

“Te sientes como si te hubieran borrado. Los números [de casa] son una algo especial, otras personas con las que he hablado si los encontraron y todos los queremos. Yo todavía estoy aquí. Sigo siendo 2755, ¿sabes? Es duro para mí que no los hayamos encontrado”, dijo Tracey.

Dos meses después de que comenzara el incendió Eaton, varias familias aún están en busca de algunas pertenencias que perdieron, mientras otras esperan poder reconstruir sus casas en sus propiedades a pesar de las dificultades.

La familia Fortich quiere hacer todo lo posible para permanecer en Altadena, pero el proceso de encontrar un contratista, un ingeniero y un arquitecto para diseñar el nuevo hogar ha sido difícil y costoso.

Por esa razón, Castelar dice que lo están tomando paso por paso para ver si es algo que pueden permitirse.

“La decisión realmente se toma en fases, para saber si vamos a reconstruir, primero tenemos que ver de dónde van a venir los fondos”, explica Castelar, “Si el dinero del seguro va a ser suficiente o no para que podamos construir. Ahora mismo estamos en esa fase: tal vez sí, tal vez no”.

Tracey Fortich muestra el anillo de su hija que encontró entre los escombros de su casa.
Crédito: Isaac Ceja | Impremedia

Denise Oka, una de las personas voluntarias apoyando a la familia Fortich, explicó que actualmente hay 10 equipos de Samaritan’s Purse, una organización cristiana evangélica de ayuda humanitaria, en Altadena, y cada equipo trata de ayudar con la búsqueda de dos a cuatro familias al día. 

“Esta gente tiene un largo camino por recorrer y espero que la comunidad no los olvide”, dijo Oka sobre las personas que perdieron sus casas debido al incendio Eaton.

El lunes, pocas propiedades se veían limpias de escombros, otras tenían equipos trabajando para limpiar, pero la mayoría parecía que la catástrofe había sido ayer, lucían intocables y llenas de desechos. 

La presencia de material y partículas de plomo y asbesto en algunas casas es lo que ha demorado el proceso para la reconstrucción de algunas áreas, ya que se necesita limpiar antes de poder empezar la reconstrucción de una nueva casa debido al peligro causado por estos materiales.

Una vista de un hogar en Altadena a dos meses de los incendios.
Crédito: Isaac Ceja | Impremedia

En la casa a lado de la familia Forticha, Marteín Torres, superintendente de la empresa de limpieza de materiales tóxicos AQHI, estaba supervisando un trabajo de limpieza de materiales peligrosos que estaba en marcha.

La compañía ofrece servicios de eliminación de contaminantes de asbesto, moho, bacterias, plomo y bifenilos policlorados.

“Estamos quitando es de yeso, techos, sacando el piso y todo lo que haya sufrido daños por el agua”, dijo Torres.

El dueño de la empresa de construcción y mantenimiento Cardenas Hardscaping, que prefirió omitir su nombre por razones de seguridad, explicó que actualmente está esperando la inspección de alrededor de 10 casas para poder seguir con la demolición.

“Todavía falta limpiar muchos espacios de la propiedad, pero estamos quitando lo que se puede, como los árboles que se cayeron arriba de las casas”, dijo el dueño de la compañía de Hardscaping. “Y luego necesitamos que caiga el agua para mantener el polvo abajo”.

De acuerdo con el contratista, parece ser que la mayoría de los dueños de hogar están decididos en reconstruir. 

Para la familia Fortich, que aún busca reconstruir su casa, lo que los ha mantenido con los pies sobre la tierra es su comunidad que ha permanecido unida a pesar de la división política en el país. 

“Al menos aquí, solo somos personas. No me importa a quién le reces. No me importa cómo te ves, ni cuál es tu origen, ni de dónde son tus padres, ni cuánto dinero ganas, ni cuál fue tu educación”, dijo Tracey. “Solo somos personas, pero a veces te olvidas de eso”.

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