Estilistas se unen para cambiar imagen de madres de niños con necesidades especiales
El estilista Iván Montero lleva seis años con su programa anual "Embelleciendo Corazones"
Estilistas y maquillistas latinos ayudan a las madres de niños con necesidades especiales a ser felices por un día. (Araceli Martínez/La Opinión) Crédito: Araceli Martinez Ortega | Impremedia
Cuando a Irma Juárez, le dijeron que le harían un cambio de imagen completamente gratis, no podía creerlo.
“¿Estás segura?”, preguntó incrédula. “Llevo cuatro años que no me ocupo de mí. Todo el día estoy metida en las terapias que necesitan mis nietas. Yo sola me pinto el pelo cuando puedo”, dice Irma, una abuela de 63 años, a quien el estado le ha encomendado el cuidado de sus dos nietas que son niñas con necesidades especiales.
Junto con casi nueve madres de niños con necesidades especiales, Irma formó parte del programa “Embelleciendo Corazones” creado por el estilista Iván Montero.
“Una de mis nietas va a cumplir 5 años y la otra 4. Me las dieron cuando tenían meses de nacidas. Son hijas de mi hijo. El estado se las quitó a su mamá porque usaba mucha droga, y yo me hice cargo de ellas, pero no las puedo dejar con cualquier persona. Así que casi no tengo tiempo para mí. Soy abuela y mamá”.


Y cuando el estilista Alexander Flores toca su pelo y le explica lo que le hará, Irma no puede contenerse y empieza a llorar.
Iván Montero, dueño del IM Hair Studio en Burbank, dice que la idea de crear el programa “Embelleciendo Corazones” nació hace nueve años con la finalidad de regresar a la comunidad algo de lo mucho que reciben en su trabajo como estilistas.
“Era hora de aportar algo de regreso a las madres de estos angelitos que son los niños con necesidades especiales”.
Comparte que la mayor satisfacción al terminar el trabajo de embellecimiento es ver felices a las mamás.
“Su sonrisa no tiene precio. Algunas lloran de alegría porque nunca pensaron tener un servicio de belleza de ese nivel”.

Dice que este programa ha sido posible gracias a la generosidad de sus amigos estilistas a que donan su tiempo y talento para las madres de niños con necesidades especiales.
“Es un trabajo completamente voluntario. Este año invité a otro grupo de estilistas amigos que siempre me estaban pidiendo que los invitara porque querían participar”.
Los estilistas que se unieron a Iván este año son: Alexander Flores, Ivan Betancourt, Luis Medina Aguilar, Enrique Chávez; y los maquillistas Danilo Cifuentes y Brenda Campos.
“Vine a apoyar a mi amigo Ivan Montero. Miré lo que estaba haciendo por estas mamás, y le dije la próxima vez, yo voy a ayudarte”, dice el estilista Alexander Flores.

Andrea Lemus, directora y fundadora del LEAP Center for Infants (LEAP), un centro escolar para niños de cero a tres años con necesidades especiales en San Fernando y Culver City, recuerda que este evento comenzó cuando el estilista Montero se ofreció a hacer algo por las madres de menores con algún tipo de discapacidad.
“Son mamás o abuelas extraordinarias. Algunas veces hemos tenido papás. Es nuestro sexto año embelleciendo corazones de papás y mamás, 90% son latinos”.
Este año, Andrea dice que invitaron a diez mamás, y por extraño que parezca, no todas pueden ir siempre porque no encuentran con quien dejar a sus hijos.
“Este programa es tan importante porque muchas veces tienen más de un niño con retos en su desarrollo. Así que es tanto el trabajo que estas madres se olvidan totalmente de ellas. Algunas nunca han ido a un salón de belleza desde que se convirtieron en mamás”.


Pero una vez que pasan por las manos de los estilistas y maquillistas, Andrea dice que las madres se sienten empoderadas.
“Se miran al espejo y se dan cuenta que son bellas, por fuera y por dentro. Su corazón se embellece, y empiezan un poco a cambiar su visión cuando se sienten bien como se ven. Es un cambio que beneficia a toda la familia”.
Y añade que es una satisfacción enorme estimular a estas mamás dándoles un cambio de look porque sus retos son más duros que los de cualquier otra madre.
“Tienen que cuidar doblemente a sus niños. Usualmente el sistema inmunológico de ellos es más bajo. Así que son más sus preocupaciones”.


Roxana Ortega, una joven mamá de 26 años de origen salvadoreño, dice que llevaba dos años sin cortarse el pelo que le llegaba por debajo de la cintura. “Estoy bien contenta”, dice con timidez mientras que su estilista la arregla; y comparte que donar un día de su tiempo a mamás como Roxana no es mucho y es algo que todos debían hacer.
Crystal Najar vino desde el barrio Mission Hills hasta el salón de Ivan Montero en Burbank para que la pusieran guapa.
“Tengo dos hijos, una niña de tres años y uno de dos años. El más chico tiene retraso en el lenguaje y recibe terapia”, dice agradecida con los estilistas que hicieron posible su cambio de imagen.
Pero también vivió un momento de felicidad muy grande con su transformación física. Algo que le hacía mucha falta para aliviar el dolor que vive desde mayo cuando su esposo Anthony Rivas falleció a los 32 años.
Trabajaba como guardia de seguridad cuando fue víctima de los disparos que le causaron la muerte durante el asalto a un casino en North Hollywood.
“Esto me va a ayudar a sentirme mejor. He llorado mucho, y estoy sobreviviendo día a día. Esta es una oportunidad de sentirme bonita por primera vez desde que le arrebataron la vida a mi esposo”, dice mientras las lágrimas escurren por su rostro.
El estilista Enrique Chávez conmovido con la historia, dice que con todo el alma ha decidido donar su talento y tiempo para arreglar a mamás como Crystal.
“Este es el momento de darles amor. Historias como la de Crystal me motivan con todo el gusto para hacer este trabajo”, dice Enrique, quien lleva 42 años de trabajar como estilista, y seis años participando en el programa “Embelleciendo Corazones”.

Cuando a los maquillistas Danilo Cifuentes y Brenda Campos los invitaron a ser parte del equipo, no se la pensaron.
Para Brenda, con 25 años de carrera como maquillista, esta actividad tiene un significado muy especial, ya que su hija tiene un niño de cuatro años con autismo y que no habla.
“En mi hija veo lo que sufren y batallan estas mamás. Es muy difícil para ellas. Yo como abuela, trato de ayudar con lo que puedo”.

En tanto, Danilo, dice que solo aportan un poquito de su talento para sacarle una sonrisa a madres que no tienen tiempo para ser las mujeres que quisieran ser, y pasan las 24 horas del día cuidando a sus hijos.
“Tengo una pariente que tiene un niño con autismo. Por eso me identifico con ellas. Estas madres te tocan el corazón. Sus vidas son un sacrificio. Hoy estoy trabajando con estrellas de verdad”.