Las dramáticas historias detrás del auricular
Más de 6 mil llamadas se atienden a diario en el servicio de emergencias de Los Ángeles
El 52% de los trabajadores encuestados dijo estar laboralmente estresado. Crédito: Archivo | Aurelia Ventura/La Opinion
La voz que se escuchaba en el auricular demostraba pánico y desesperación: “¡Le han disparado a mi hijo! ¡Le han disparado a mi hijo!”.
Era la llamada al 911 que Yolanda Arroyo había respondido a las 5:40 de la mañana del 2 de agosto de 2008.
Como operadora del servicio de emergencia, Yolanda de inmediato conectó a los paramédicos para que atendieran a un hombre herido de bala en una casa de Cypress Park.
Del otro lado de la línea diferentes voces, de la madre, de la esposa y de los hijos, hacían más confusa la situación, un caos que Yolanda intentaba descifrar para obtener la información necesaria y desplegar un operativo policíaco para buscar al sospechoso. El hombre al que habían herido y que posteriormente murió era el alguacil Juan Abel Escalante, quien tenía 27 años de edad.
La llamada de emergencia que Yolanda atendió aquel día es una de las más de 6 mil que a diario se registran en la ciudad de Los Ángeles a través del 911.
“Cuando escuché que era un oficial me impactó más, porque son compañeros de trabajo”, dijo Yolanda, quien ha sido operadora del 911 desde hace 9 años.
Nacida en San Diego, California, hace 32 años, su madre también es operadora del servicio de emergencia y su padre es un policía retirado.
“Crecí en este ambiente, desde niña escuchaba las historias que contaban mi mamá y mi papá, ellos me influenciaron, es un trabajo que me gusta porque puedes ayudar a salvar vidas, a ayudar a la gente”, comentó.
Los operadores del 911 enfrentan todo tipo de emergencias, por lo que deben ser pacientes, mantener la calma y lidiar con diferentes personas y situaciones. “Cada día es diferente”, mencionó, ‘cuando crees que lo has oído todo, de pronto te llega una llamada que te sorprende”.
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