España premia su dominio con victoria
El delantero brasileño naturalizado español, Diego Costa (centro), debutó ayer ante los italianos y no desentonó. Crédito: efe
Madrid/EFE La selección española derrotó a Italia con un tanto de Pedro Rodríguez que premió su dominio y la recuperación de la seriedad en los amistosos, y solventó la falta de pegada en el día que debutó Diego Costa y comenzó su adaptación a un estilo (1-0).
Merecía un estadio lleno pero el horario y los precios dejaron medio desangelado el merecido homenaje que la Federación española quiso dar al fallecido exseleccionador Luis Aragonés. Ya no hacen falta porque su legado sigue sobre el campo. Dotó a la Roja de un estilo. Al fin. Modificó la furia por el toque y Vicente del Bosque extendió una filosofía con la que se ha conquistado el mundo.
España escribió con brillantez su página más histórica, ganó con buen fútbol, se ganó estar entre las mejores de la historia con dos Eurocopas y un Mundial, y el presente siempre representa el reto, cada vez más complicado, de mantenerse a la altura. Para ello Del Bosque no cesa de retocar piezas. Como hizo desde que llegó. La última ha generado controversia pero con su debut se debe acabar el debate. Diego Costa ya es un español más.
El Mundial de Brasil está a la vuelta de la esquina y Del Bosque, como Cesare Prandelli, querían ver varios jugadores para decidir los elegidos. Azpilicueta se reivindicó en la banda derecha, Javi Martínez cumplió con nota de central y Thiago tuvo personalidad al mando. En punta Costa se entendió bien en su primer encuentro con sus nuevos compañeros. Por Italia brilló Alessio Cerci. No lo tenía fácil. La ‘azzurra’ se parapetó en su terreno y atacó poco pero con criterio.
Nacía el partido con una reminiscencia. Como ocurrió en Kiev en la final de la Eurocopa 2012 surgió Jordi Alba como una bala por el costado izquierda. Iniesta vio su movimiento y le dejó solo ante Buffon. En esta ocasión optó por recortar y perdió opciones de marcar. El veterano portero la sacó a córner.
Tuvo ritmo de inicio el atractivo partido entre los dos últimos campeones del mundo. Italia respondió con Cerci. Se fue en velocidad de los que le salieron al paso y puso un centro chut que repelió el poste. Faltaban señas de identidad, sin De Rossi y Balotelli, y Prandelli tenía temor al resultado. Lo advirtió en la víspera, consciente de que un triunfo le colocaría como candidato al Mundial y una derrota conllevaría crítica hasta una selección maldita en las últimas citas.
España se adueñó como siempre del balón, con Iniesta repartiendo clases de fútbol, buscando cada movimiento de Diego Costa. Fue un delantero diferente al del Atlético de Madrid. Se asoció de primeras, descargó en jugadores de segunda línea y no fue el delantero ‘egoísta’, encargado de jugársela en su club. El estilo no le fue mal. Sólo le faltó pegada. Sus intentos de remate fueron siempre taponados por los férreos marcajes de los italianos.
Y apareció Iniesta a los 63 minutos para dar calidad a la salida de balón. Tocó a Ramos, se la devolvió en pared a Xabi Alonso, lanzó una carrera elegante hasta terreno del rival donde volvió a asociarse. Acabó con un taconazo junto a Silva del que sacó provecho el más listo de la clase. El balón muerto lo puso en la red Pedro. Siempre goleador con Del Bosque.