Entran en calor y una nueva era
Novedades inesperadas en la víspera de campaña
El quarterback Mark Sánchez, de los Jets (izq.), espera recuperarse de lesión en su hombro y estar listo. Crédito: AP
La actividad en la NFL nunca cesa en realidad. Continuó mucho tiempo después de concluido el último Super Bowl en Nueva Orleáns, donde los Ravens de Baltimore se coronaron campeones.
Y ahora se acelera con muchos entrando en calor muy necesario, pues el 5 de septiembre arranca la nueva temporada, que concluirá con un superdomingo inusitado en el frío de Nueva Jersey y en un estadio sin techo.
Desde aquel triunfo de los Ravens en un partido interrumpido 37 minutos por un apagón parcial en el Superdome, surgieron muchas noticias de la NFL que acapararon los titulares:
El tight end de los Patriotas Aaron Hernández fue detenido por cargos de homicidio; el linebacker estelar de los Broncos Von Miller fue suspendido por los primeros seis partidos de la temporada tras violar la política antidrogas de la liga y los análisis para detectar la hormona del crecimiento humano podrían ser pronto una realidad en la NFL, pero no están listos, dos años después de que dueños y jugadores coincidieron en la necesidad de aplicarlos.
Además, una serie de lesiones durante la pretemporada ha llevado a que algunos jugadores cuestionen las iniciativas de seguridad de la NFL.
Han quedado ya fuera de la próxima campaña Dennis Pitta, tight end de Baltimore, por una fractura de cadera, y Dustin Keller, quien ocupa esa misma posición en los Delfines y cuya carrera estaría en riesgo tras una lesión seria de rodilla.
Otra media docena de jugadores están fuera de acción al menos temporalmente.
“Es extraño cómo han cambiado las cosas”, destacó Konrad Reuland, tight end de los Jets de Nueva York.
“Antes, si te zambullías para golpear las rodillas de un rival, eso se consideraba juego sucio. Ahora, la infracción es golpear arriba. Esto ha dado un giro de 180 grados”, agregó.
El cambio se entiende al tomar en cuenta el énfasis que el comisionado Roger Goodell ha puesto en la prevención de las secuelas de las conmociones cerebrales.
La NFL ha sido mencionada en demandas presentadas por más de cuatro mil exjugadores, quienes afirman que no se les protegió ni advirtió sobre los riesgos inherentes a este deporte.
Ambas partes comparecían ante la jueza federal de distrito Anita Brody, en Filadelfia, para reportar los progresos alcanzados durante más de dos meses de mediación sobre el caso.
Algunos consideran que las demandas de los jugadores podrían derivar en un pago de al menos mil millones de dólares si llegan a un juicio.
Varios cambios clave en las reglas para esta temporada prohibirán que quienes portan el ovoide usen la parte superior de su casco para embestir a los defensores.
Además, todos los jugadores deberán usar protecciones acojinadas en las rodillas y en los muslos.
Las políticas sobre el uniforme harán que abandonen el terreno los jugadores que no cuenten con el equipamiento adecuado de seguridad.
En tanto, los aficionados deberán acatar nuevas restricciones sobre los objetos que pueden llevar a los estadios.
No podrán introducir artículos que no quepan en una bolsa de plástico transparente, con capacidad de un galón (3.78 litros).
“Es lo correcto desde el punto de vista de la seguridad pública”, dijo el director de la NFL en la materia Jeffrey Miller, quien añadió que la liga evalúa constantemente su proceso de isión a los estadios. “A la luz de los eventos recientes, la tragedia de los atentados terroristas en Boston, queríamos cerciorarnos de que todos los espectadores lleven sólo bolsas aprobadas que contribuyan a un ambiente seguro y a crear una zona de protección”.
Algunos espectadores podrían disgustarse por la medida, pero difícilmente ésta los alejará de los estadios. Mucho menos dejarán de seguir la NFL en la TV o a través de las nuevas tecnologías que proporcionan información sobre los partidos. Muchos están ansiosos por ver si el mexicoamericano Mark Sánchez, de los Jets, está plenamente recuperado de su lesión en el hombro.